lunes, 27 de abril de 2015

Quítate las etiquetas de encima!



Cualquier ser humano con una pizca de introspección, se sentirá infinitas veces, como si fuera un ratón de laboratorio.
Sentir que estamos a prueba, que no sabemos qué es lo bueno y qué es lo malo...
Soñar con un líder que nos evite desgracias y nos lleve hacia el paraíso por un atajo simple y sin complicaciones.
Muchas veces, nos convertimos en una masa uniforme, que hace todo lo que los demás hacen para conseguir comida, sexo o diversión.
Nos llueven pruebas de las que no tenemos ninguna idea sobre la manera de afrontarlas con éxito y creemos que otros sí saben, al menos dicen saber y conocer el camino hacia la felicidad sin tumbos.
Nos aterra quedarnos sólos y sin respuestas.
Sin amor.
Nos aterra estar heridos, por dentro o por fuera, y no tener a nadie que realmente le importe.
Nos muelen los sesos la incertidumbre de mañana y nos tortura nuestra estúpida certeza de que seguramente somos los únicos que no tenemos asegurado el éxito...
Somos inundados, olvidados y sacudidos, exprimidos y disecados por una fuerza que nos centrifuga pero que no nos libera, no, por lo menos, hasta el último día, sea cual fuere, porque ya llegará.
Tardamos décadas en comprender que nadie nace sabiendo, y que debemos aprender absolutamnete todo y que el aprendizaje es personal, el placer es personal, la desilusión y el aburrimiento son personales, y todas la decisiones que tomemos, son particulares, individuales e “inclonables”.
Desde pequeños podemos y debemos afrontar desafíos con las pocas herramientas que nuestra corta experiencia nos regala.
Nadie está a salvo.
Todos, TODOS, estamos en esta vida, intentado entender de qué se trata todo ésto.
Lo que hoy vengo a decir, es que no es determinante la educación, ni la cultura, toda la abundancia o la carencia, todas las aptitudes o las discapacidades, cada uno, hace su único y ejemplar aprendizaje de vida.
Y si es exitoso o no, nadie lo puede determinar, ni siquiera uno mismo.
Uno sólo puede elaborar y decidir, puede evaluar y actuar, con las observaciones que va haciendo a lo largo del camino y sentirse contento con gran parte del trayecto o sentirse frustrado e intentar o no, cambiar los modos, la dirección o la actividad.
Uno puede volverse sabio o volverse un idiota y no depende del coeficiente intelectual, ni la falta de vitaminas o estímulos, porque el ser humano, puesto en este infinito laboratorio, tiene algo que no se le puede robar, libre albedrío.
Entonces verás que a pesar de lo predecible, de los estudios y las tablas excel, siempre habrá aquellos individuos fuera de serie, excepciones, líderes, quijotes, renovadores, críticos, rebeldes, inadaptados o revoltosos que darán portazos y nos sacudirán con sus nuevas ideas revolucionarias, toda la tela de araña que tejimos dentro y fuera de nuestro cerebros, para aquietar nuestras dudas, nuestros deseos imposibles, nuestras ansias de libertad. Nuestro motor imparable de libre albedrío.
No es un asunto de generaciones, ni de alimentación, es un asunto de coraje y persistencia.
Lo ideal sería, que todos aprendiéramos a auto-conocernos, a valorarnos, a confiar en nuestros criterios, desde pequeños, en un íntimo hogar que nos permitiera sentirnos amados con todo nuestro libre albedrío a cuestas!
Lo ideal sería, probar y caerse, (como cuando comenzamos a andar), sin temor a ser burlados, apurados, o castigados por nuestros errores...
Pero eso sería lo ideal, y lo real, está muy lejos de ser así.
Lo real es que los padres, no tenemos ni idea de qué hacer con nuestros hijos, hasta que pasan varios años y comenzamos, si de verdad hemos madurado, a tener nuestros propios criterios de cómo criarlos, y para aquel entonces, nuestros hijos, serán grandes y nos traerán el desafío de su propia búsqueda y estaremos nuevamente parados, desnudos, en medio del desierto de una nueva etapa, sin mapas y con millares de sabelotodos que quieren venderte una solución infalible...
Yo he aprendido que las etiquetas no sirven y que uno tiene que ir a buscar sus propias respuestas en la profundidad de su corazón, en su honestidad, en esa verdad que está grabada en algún lugar secreto de nuestro ser, y que no se abre con llaves compradas en lo del cerrajero de la esquina.
Me encantaría que en las redes sociales dejaran de aparecer todas esas fotos o post que declaman sobre el amor incondicional maternal/paternal, o el amor de los abuelos o el amor de tíos, maestros, perros o políticos. Porque nada de eso es cierto, cada madre elige cómo amar, y aún puede amar de muchas maneras diferentes a diferentes hijos, y puede ser muy paciente con unos y abusadora con otros, lo mismo va para todos los integrantes de la estructura social, todos tienen libre albedrío, aún los niños, aún los ancianos, los pobres y los multimillonarios...
Entonces si queremos hacer algo por dejar de ser un hamster corriendo en una rueda que no lleva a ningún lado, debemos aventurarnos a SER, sin etiquetas, a no dar nada por sentado, a observar, y decidir y dejar de tratar de seguir haciendo lo que todos hacen, porque así “todos lo hacen”...
Hasta ahora, mi mayor madurez, la he alcanzado tratando de hacer de mi hogar, ese lugar donde los integrantes se sientan amados. Y no es fácil. Porque cada uno de nosotros tiene necesidades y expectativas diferentes. Pero es la base para poder ser quién uno vino a ser. Y si el hogar de uno está formado por un único integrante, uno mismo, también debe comenzar su trabajo desde allí.
Olvídate de compartir esos post que manipulan nuestros criterios individuales.
Hay socialistas que lo único que comparten es el terror.
Hay fascistas que intentarán convencerte de lo bueno que es eliminar a los que no son como nosotros.
Hay feministas, que se burlarán de la maternidad y expresarán su valor saliendo desnudas por las calles.
Hay machistas que ocultarán su homosexualidad secreta.
Hay estrellas de Hollywood, que se suicidarán o se mutilarán o se drogarán o se prostituyen.
Hay médicos que quieren ganar mucho dinero a expensas de tu salud.
Hay terapeutas que no saben qué corno hacer con sus propias vidas, pero te miran desde un altar auto construído.
Hay abuelos pervertidos.
Hay madres golpeadoras.
Hay maestros incultos, saboteadores de espíritus movedizos.
Hay científicos sobornados por su ego parcial o por cifras de muchos dígitos.
Hay deportistas que acudieron al doping.
Hay abogados del diablo que no buscan justicia sino salir vencedores.
Hay, hay, y hay mucha mentira disfrazada de “está todo bien”...

También hay mucha, muchísima gente que hace, que construye bondad, que se interesa por sí mismo y por el prójimo, que aprender a dar, respeta y tiene en cuenta al otro.

En estas épocas, donde no se sabe qué es verdadero y que no lo es, lo mejor que puedes hacer por tí, por tus amados y por la humanidad toda, es tratar de encontrar tu propia verdad, tu propia manera de vivir tu vida, tu propio amor y tu propia conexión con tu Divino destino.

Con todo mi cariño

Patriicia Deborah Starkloff
Lev Emet

miércoles, 25 de febrero de 2015

Condenada soledad


Ella había leído ciencia ficción cuando era joven, más joven... Y ahora veía esas películas y series con viajes espaciales, mutaciones genéticas, saltos en el tiempo y super-poderes...
Pero para su pesar, tanto en los libros como en el cine, los personajes eran mudos a la hora de resolver problemas existenciales...
Tan sólo, tratan de sobrevivir con lo que les toca...
Algunos se preguntan, por qué, por qué yo, pero la mayoría se acomoda a su nueva condición, a su nuevo entorno...
Los unos, escapan de los zombies y los otros, se adaptan a la época pasada o futura en la que han “caído”...
Aquellos, aprenden a utilizar sus poderes contra el mal y los demás luchan en un caos post-destrucción mundial...
Pero casi ninguno se pregunta siquiera, para qué tengo que experimentar ésto!

Ella no encontró soluciones en esas historias de fantasía...
Ella padecía algo de lo que nunca había escuchado hablar...
Era algo que ella no podía etiquetar ni descifrar...
Y digo padecía, porque para ella, su “don”, o como quieras llamarlo, era su condena...
Si hubiese hablado con alguien sobre su capacidad, simplemente hubiera sido tomada por una pedante insoportable, y de hecho, para muchos, ella era exactamente eso, una pedante insoportable...

Un día, ella tuvo una “discusión” con una niña de cuatro años.
La niña le espetó con total insolencia, que cuatro era más que cinco...
Ella le dijo que no, que cinco era más que cuatro...
La niña le respondió con su terca sabiduría, que cuatro, era más que cinco...
Y cuando ella se disponía a retrucarle nuevamente que cinco era más que cuatro, de golpe se detuvo, al tomar conciencia, que estaba comenzando una discusión insensata con una niña de cuatro años, cuando ella contaba, en ese entonces, con cuarenta años más...

Se quedó pasmada.
Qué estoy haciendo? Se preguntó avergonzada...
Pero pasado el bochorno sin testigos, pudo comenzar a entender, que esa situación atropellada, era una repetición exacta de gran parte de las conversaciones que habían signado su vida, desde siempre...

Desde pequeña, sabía, intuía, deducía cosas, que el resto no.
Y no sólo que los demás no lo hacían.
El resto, el entorno, sus padres, hermanas, luego sus compañeras, sus parejas, sus jefes, sus colegas, nunca entendían qué era lo que a ella le sucedía...
Por qué se enojaba tanto, por qué se creía más “viva” que los demás...

Su vida ha sido una larga tragedia de estos eventos, donde ella veía algo que los demás no ven, o no quieren ver...
Se sentía habitando un largo espiral que hace parecer que todos se encuentran en el mismo lugar, cuando en realidad están una vuelta o varias vueltas más abajo... Sin calificar ni desmerecer...

Si tuviera que definirla, te diría que es la mujer más sola que he conocido...

Hace muchos años atrás, se encontraba en una reunión con “amigos”... Ella notó que uno de ellos y una de ellas, intercambiaron una mirada íntima, en una milimésimas de segundos... No tendría nada de malo, esa mirada cómplice,  si no fuera porque ambos estaban casados con sus respectivas parejas, con niños y todo lo que el establishment requiere para parejas jóvenes, profesionales y de clase medio/alta.
En aquel momento, Ella, no dijo nada, ni siquiera a su propia pareja, no quería ser tildada de loca como lo hacían habitualmente en el hogar de sus padres.
Y lo dejó pasar...
Y pasó el tiempo...
Entonces Ella se enteró que aquellos dos, finalmente se habían separado de sus respectivos matrimonios y se unieron como pareja formal, saliendo de la clandestinidad que llevaron por años...
Lo que para muchos cercanos a sendas familias, fue una sorpresa, para Ella, no lo fue en absoluto...

No es que ella lea los pensamientos, ni siquiera ella sabe cómo es que sabe lo que sabe de las personas...

Pero quién quiere estar con alguien así?

Una vez, una mujer que intentó entablar una amistad con Ella, le dijo: Cuando estoy contigo, me siento desnuda...
Ella se dio cuenta que no podía hablar de lo que pensaba, no sin correr el riesgo de ser indiscreta, o cruel para con las otras personas...
Ella, su captación tan particular de la gente, provocaba una sensación de estar siendo evaluado a modo de tomografía computada emocional...

Entonces Ella aprendió a callar...
Pero la gente huele el peligro...
Al menos la gente común....
Los psicópatas, sienten como una atracción especial en tratar de engañarla...
Pero ella ya no los escucha, no los mira, no los intenta “desenmascarar”...
Se aleja y se guarda sin dar demasiadas explicaciones...

Imagínate un adulto que está con un niño...
El niño llora, se ríe, se enoja, se ofende, se atemoriza, se asusta, se encandila, por cosas que el adulto considera tontas, superficiales, sin sentido....
Sin embargo, el adulto acompaña al niño, juega con él, le regala esos juguetes tan preciados, le explica que no hay cucos debajo de la cama, lo consuela diciéndole que la maestra no sabe todo, y que esos chicos que lo molestan son unos inadaptados y que no les preste atención, etc. etc. ...
Pero luego, el adulto, volverá a su propia realidad, a sus asuntos y negocios "verdaderamente" importantes, a sus sueños y a sus problemas “reales”...

Ahora imagínate que el adulto no tiene a dónde volver...
Mejor expresado sería, que no tiene con quién volver...
Imagina que todos son niños, algunos adorables y otros despiadados, pero todos son niños...
Imagina un mundo donde no tienes con quién compartir tu adultez, tu mirada, tu madurez...
Un mundo que está gobernado por niños grandes que hacen y deshacen caprichosamente...

Ella estaba sola.
Como si Dios la hubiese elegido para ser la única agraciada de una especie de “microevolución”.
No era una genia, en absoluto.
Era... algo que no puedo explicar... Que Ella misma no tenía explicación ni técnica...
Ella sabía las cosas invisibles de las personas...

Y lamentablemente, cuando llegó ese triste día en el que también se aburrió de conversar conmigo, lloró mares despidiéndose y desconsolada, se sentó a esperar a aquel ser especial, que le pudiera enseñar a transformar su condenado don, en una Re-evolución mundial...


Lev Emet

domingo, 1 de febrero de 2015

En la Cuerda Floja


De golpe, no sé cuando empezó todo ésto... pero sentí como si el gran muro que me había protegido, o me había limitado hasta ahora, se derrumbaba...
Frente a mí, aparecieron infinitas cuerdas tendidas en el vacío...
Tensas, se sostenían en el espacio y yo estaba allí, casi sin poder respirar por la emoción...
Tenía que elegir una cuerda y comenzar a andar sobre ella... hacer equilibrio...
Si tan sólo supiera que allí abajo, de alguna manera invisible, habría una red de seguridad, entonces me largaría a andar, aún sabiendo que podría caer en cualquiera de mis pasos, sobre cualquier cuerda que hubiese elegido...
Pero tenía casi certeza de que no había ninguna red tendida para asegurar que no me rompiera en mil pedazos en el primera caída...
Estaba solo, me sentía abrumado y solo...
Las certezas de antaño, si es que alguna vez existieron, y si es que tenían algún valor, ya no estaban, habían desaparecido, y no tenía ningún sentido volver hacia atrás...
Hubiera sido vergonzoso volver hacia atrás...
Veo otros como yo que se largan a tientas por una cuerda, y yo les grito: No tienes miedo?!!
Y todos asienten y muchos comienzan a correr de manera alocada, porque están más perdidos que yo y prefieren morir a sentirse desesperados...
Yo aguanto la desesperación de la incertidumbre y empiezo a caminar, camino, y sigo caminando...
Otros se han quedado en el umbral de las cuerdas. No han dado ni un sólo paso por temor a fallar...
Se quedan allí, sentados, comen, se ponen obesos, buscan distraerse con cualquier cosa que los haga olvidar que se han detenido y que la vida sigue allí afuera, llena de desafíos pendientes...
Algunos caminan sorientes, aunque temen, y aunque caen y vuelven a empezar, ellos cuentan con esa red que extendieron para ellos... Vuelven a caerse y lloran, pero vuelven a empezar una y otra vez...
Aquí no cuentan las riquezas, ni el color de piel, no cuenta la preparación académica, ni la belleza, ni el buen corazón...
Aquí cuenta la fe y las agallas...
Todos quisieran tener esa red...
Y muchos confían encontrarla en el alcohol o en las drogas...
Pero tarde o temprano, sólo se encuentran con el abismo...
Yo también quisiera tener esa red... pero mi padre quedó paralizado en mitad de la nada y nunca supo cómo tejer una para mí...
Y mi madre se aseguró de cortar todas las cuerdas que pudieran llevarme hacia algún lugar opuesto al que ella había planeado...
De situaciones como la mía, hay incontables historias esparcidas por todo el mundo...
Cambian los nombres, los roles, cambian las tácticas opresivas, pero hay infinitos individuos como yo, que han sido hostigados para debilitar nuestra libre elección, e impedir que despleguemos nuestras propias alas...
Porque ya sabes como es... si te han dicho y repetido que “esto es todo lo que hay”, que “no te ilusiones”, que “tu nunca llegaras a eso”, que “acaso te crees especial?”, “siempre serás el mismo”, “ni lo intentes”, “te voy a matar”, “me vas a matar”, “etc.etc.etc.”, andar por las cuerdas va a resultar harto difícil...
Pero que más da! Perdido por perdido, vale la pena intentarlo!
Nadie tiene certezas, y los cobardes, te inundarán la cabeza de dudas, culpas y prejuicios...
Pero si no aprovechamos ahora, que tenemos toda la vida por delante...
Cuándo?

Después de intentarlo y seguir intentándolo por más de medio siglo...

Con todo mi cariño

Lev Emet

martes, 13 de enero de 2015

Luchando contra la depresión

Algunos te dirán que el dinero es poder, y gastarán en un año, un millón de dólares en joyas ...
Otros te dirán que el poder, es tener autoridad sobre otros, y se dedicarán a oprimir, a manipular, a estafar o a humillar a todos los que caigan bajo su red...
Otros te dirán que el poder es el carisma, la belleza, la sensualidad, y se dedicarán a conquistar y a seducir sin asco y sin corazón en pos de un harem contabilizado en su memoria aburrida...
Otros te dirán que el poder es amenazar, aterrorizar, asesinar, degollar, violar, o lacerar a otros hasta que dejen de rogar...
Y otros te diran que el poder es curar, dar alivio, ayudar, facilitar y asistir a... otros...
Pero todos ellos viven en sus respectivos mundos imaginarios...
El único poder que existe es nuestra intransferible capacidad de decidir.
Puedes preguntarte, qué poder tiene un hombre frente a la violencia, frente a una cámara de gas, frente a un psicópata secuestrador?!
Y sólo hay que saber, que hay una llave que nos pertenece y que es invalorable... y nadie, nadie, puede hurtarla...
Hay personas en todo el mundo, que son ejemplos vivos de que el poder está en cada uno de nosotros!
Cada uno de nosotros puede elegir la actitud que quiera frente a todas las circunstancias de la vida...
Y es riesgoso...
No sólo en casos extremos como cuando un hombre común decide hacer frente a un terrorista que intenta asesinar a otras personas...
No sólo, negándose a sobornar o a ser prostituído cuando todo el mundo lo hace...
Sino, y especialmente, cuando uno debe decidir si será feliz o será un desgraciado...
Parece una locurta, pero no lo es.
Nos han hecho creer que ser feliz, depende de tener o conseguir determinadas cosas, objetivos, o vínculos...
Pero ser feliz, y todos lo sabemos en algún rincón de nuestro corazón, no depende de lo que tenemos, ni de lo que somos para otros...
Ser feliz, es una decisión.
Una decisión constante y sin treguas.
Para respirar, si estas medianamente sano, no necesitas pensar, ni evaluar, ni decidir nada...
Pero para ser feliz... necesitas todo el poder, tu propio poder, el poder de tu decisión.

Breve historia de una decisión...

Ella estaba perdida...
Había intentado todo lo que ella había podido intentar, pero no hubo manera de que él volviera...
Lo había perdido.
Y ella se había perdido con tanto dolor y tanta ausencia...
No podía dejar de culparse... si hubiera hecho otras cosas, si hubiera actuado diferente... tal vez...
Y la tortura venía a despertarla por las mañanas y no la dejaba dormir por las noches...
Era un sin fin de remordimientos, de lágrimas, de recriminaciones, de oscuridad...
Cuánto se puede vivir así?
Pero ella no quería vivir...
No quería nada.
Sólo quería que él volviera...
Estaba haciendo de su vida y la de sus seres queridos, un laberinto sin salida...
No hay modo de hacer que los otros hagan lo que uno quiere que hagan... No hay modo de manipular el amor...
-Ufff... le dijo un hombre sabio...
-Uffff... qué?! ella preguntó ofendida...
-Eres como cualquier materialista...
-Qué!!!!????? gritó desde su corazón desgarrado... Acaso no conoces el dolor que me derrumba día a día???!!!!
-Eres como cualquier materialista, estás enfocada en una sola cosa...
-Cómo te atreves ???!!!
-Estás enfocada en tu dolor, sólo en tu dolor, y no ves nada más!
-...

Ella quiso gritar Qué más???!!!! Pero no pudo, porque aunque estuviera cegada por la tristeza, aún le quedaba la cordura de admitirlo. Sí, había cosas buenas en su vida... Cosas muy buenas...
Simples cosas, tener un techo, comida para alimentarse, poder ir al baño y que sus seres queridos estuvieran sanos...
Con los despojos que aún latían dentro de sí, con el amor que tenía para dar, tomó una decisión.
Ser feliz.
Hacer todo lo posible. No sólo por ella, también por aquellos que la estaban esperando...
Lo intentó duro.
Desde sus propios submundos.
Desde su trabajo interior.
Reubicando el dolor.
Reubicando el amor.
Abriendo una salida en el laberinto...
No lo hizo en un día, y tampoco lo hizo sola.
Pero lo hizo sin medicación... sin "profesionales"...
Su decisión, Dios, y el amor de quienes la esperaban, la ayudaron a luchar contra la depresión...
Se hizo un programa de emergencias, cada vez que aparecía ese pensamiento terrible, cada vez que se empezaba a decir: “si hubieras sido diferente”, ella tomaba una imagen de la caja de primeros auxilios, pensaba en flores, en olas del mar, en cualquier tontería, hasta que el pensamiento destructivo se iba... hasta la próxima batalla...
Intentó ver lo bueno, intentó ponerse metas para no enojarse durante el almuerzo de los sábados, y luego, fue más ambiciosa y se propuso no enojarse en el transcurso de la tarde del sábado, también...
Decidió, decidió, decidió, a cada instante...
Era agotador, pero vital, como cualquier entrenamiento...
Fue avanzando...
Pasaron los años, hubo nuevos desafíos y nuevas metas, y aún, sangraban las viejas heridas... Ella volvía a vendar y volvía a empezar una y otra vez...
A veces era una foto, un juguete, una situación similar, un miedo, una película....
Ella era, ella es, como un ex-adicto, ex-alcóholico...
Siempre volvía y siempre había que luchar contra la tentación de caer en el dolor sin remedio y sin salida...

Pasaron más de diez años... Y un día descubrió algo aterrador que podía liberarla...
Ella descubrió, que aún deseaba que nunca hubiese pasado lo que sucedió!
Ella quería que "aquello" no hubiera pasado nunca!
Y sin saberlo, se había aferrado a la ilusión de revivir la historia, su historia... 
Años luchando, años trabajando sobre reconstruir su vida, pero aún continuaba, sin darse cuenta, apegada a “si no hubiera sucedido lo que sucedió...”
Después de más de diez años tuvo que volver a decidir.
Tuvo que aceptar que lo que había ocurrido en el pasado, ahora, en el presente, se había transformado en una fuente de poder, ella se había transformado en la dueña de una gran sabiduría...

Han pasado casi catorce años... Ella es feliz. Decide ser feliz cada día, a cada hora...
A veces es muy fácil, y otras veces... es tan difícil como rescatar una flor en un tsunami...
Pero continúa de pie. Poderosa.
Porque el poder de ser feliz, no está en la cuna, ni en una bandeja de plata, no está en los dones, ni en la juventud.
El poder de ser feliz con lo que eres, está en las decisiones que tomas cada segundo de tu vida...
Y como en cualquier entrenamiento poderoso, no existe fortaleza, sin dolor.

Con amor
Lev Emet


domingo, 4 de enero de 2015

Sobre-Viviendo a un acosador moral


Si quieres empezar a integrar tu vida, y elegir tu verdadero destino de gozo y alegría, debes saber que enfrentaras todo tipo de obstáculos y trampas.
El camino hacia el autoconocimiento, hacia la verdad de nuestra esencia, hacia nuestro éxito indestructible, se presenta inevitablemente plagado de pruebas que nos obligarán a madurar, a levantarnos a pesar de las caídas y a vivenciar el sabor de la autosuperación.
A mayor potencial, mayores serán los retos a enfrentar.
Cuanto más talentosa, capaz, inteligente, bondadosa, virtuosa, sea una persona, las dificultades que deberá sortear serán tan altas como las maravillas que ha venido a parir.
Una persona mediocre, deberá enfrentar conflictos que tengan poco vuelo, pero una persona con ideales elevados, con sueños intensos y creativos, deberá, combatir contra enemigos fuertes que intentarán aplastar sus ansias de libertad y de belleza...
Yo soy una sobreviviente...
Y como sobreviviente, traigo, entre las cicatrices, infinitas experiencias y dolorosa sabiduría.
Y como ya te lo he expresado en cartas anteriores, quiero ayudarte a prestar atención a las señales de peligro...
Quiero hablarte hoy sobre el acoso moral...
En verdad, el acoso moral, es un arma muy utilizada en la actualidad y puede ser letal...
Y los individuos brillantes (aún siendo ignorantes de su propia luz), suelen ser el blanco predilecto de predadores o vampiros emocionales...
Estos personajes suelen buscar y hurtar la luminosidad ajena, con el fin de “encandilar” a su entorno con astucia y así, macerarlo para su manipulación.
No es necesario actuar en el mundo de la política, ni en corporaciones multimillonarias, este personaje siniestro, el acosador moral, es un individuo, que actúa tanto en una oficina pública, en un elenco de teatro, como en la intimidad familiar...
Puede ser que esté viviendo contigo y aún no te hayas dado cuenta y no percibas que tu depresión y tu angustia, se debe al abuso constante que el acosador hace para corroer tu voluntad y tu autoestima...
Su ataque es invisible, como fibras de vidrio, te van calando de manera que no deja huellas, provoca heridas que no pueden ser rastreadas... y tú te sientes cada día más sensible, más dolorida, más incomprendida y más sola.

Breve historia de un acoso...
Comienza por adularte... Eres tan hermosa... Eres tan genial!
Te invitará a salir, te halagará y te contará sus desdichas en el amor...
Se mostrará empequeñecido, o frágil y bajarás la guardia...
Despertará tu ternura y tu deseo de cuidar...
Entonces comenzará a llorar porque otros te miran, porque tienes pasado, historias, amistades...
Sentirás que estás en deuda, porque él es tan dulce... tan indefenso...
Te insinuará que dejes tu puesto, tu rol o tu trabajo, que juntos podrían comenzar una vida nueva de cero...
Y tú, que hasta ahora eras más exitosa, y ganabas muy buen dinero, que tenías una propiedad y no tenías deudas, que salías con amigas y amigos y te sentías feliz con el desarrollo de tu tarea... te convencerás que tal vez, si abandonas todo por esa relación, él se calmará y podrán construir algo juntos...
Y entonces te despides de todo. Renuncias y te quedas con él.
Y comienza tu calvario...
Intentas ayudarlo a conseguir empleo o a armar su empresa...
Al principio parece que todo está bien... pero apenas aparecen los primeros frutos, intentará apartarte de los créditos...
Él no agradece tu esfuerzo, sino que comienza a hacerte sentir que no eres buena para nada...
Juntos, frecuentan sus amistades, allí él hace chistes sobre tí, te desvaloriza, habla sobre otras mujeres, sobre otras experiencias...
Si te ofendes publicamente, dirá que eres una aguafiestas, que no tienes sentido del humor, si lo haces en privado dirá que estás loca, o simplemente te ignorará...
Si respondes públicamente o cuentas tus experiencias, él te acusará de desubicada, y te hará pasar el peor de los momentos frente a “sus amigos”...
Si haces algo para él, tu acosador, olvidará darte las gracias, administrará el dinero que él gana, como a él se le de la gana y si no te gusta, te dirá que vayas a trabajar... pero tú tenías un trabajo bien pago y tenías un buen nombre... y ahora todo parece oscuro y la negatividad se ha apoderado de tí...
Intentarás nuevos proyectos y él siempre encontrará algo para denigrarte, para bajar tus expectativas...
Para con los demás, él siempre aparecerá como el joven emprededor, carismático y tú comenzarás a ser una figura decorativa... pero tú eres talentosa y tienes esa chispa que está agonizando...
Aunque él haya engordado, tú estarás en la balanza y si algo sale mal, te apuesto a que tú pagaras los platos rotos...
Un día quedarás embarazada...
Y con el nacimiento de tu hijo, descubrirás que esa criatura te necesita para sobrevivir, necesita tu amor... Sentirás que realmente es importante y tiene sentido tu existencia...
Entonces el acosador, intentará minar esta sensación... pondrá en duda tu capacidad para ser madre, ya que como esposa, eres una inservible...
Contagiará a todo el entorno y tú, que estás bajo la pesada carga de años de acoso moral, también creerás que no eres buena para nada...
Pensarás en salir de este mundo... en suicidarte.
Una... mil veces... y él estará presionándote hacia el precipicio, mientras todos creen que es un tipo maravilloso...
La intimidad será inexistente, nula...
Los acosadores suelen tener muchos problemas para intimar, son básicamente superficiales y tienen un concepto utilitario de cualquier vínculo interpersonal...
Un día, cuando ya quede poco de todo lo que eras, viene a decirte que ha perdido el interés en tí y que no sabe si quiere seguir contigo...
Quiere tomarse un fin de semana para pensarlo...
Aunque estás decaída y triste, no te has vuelto una estúpida sin remedio y entiendes que quiere un “pase libre” para ir con su nueva, joven y despampanante secretaria a algún lugar de la costa...
Tu mundo se desploma, en los últimos años, has “construído” tu vida, como un apéndice alrededor de sus caprichos y su desvalorización hacia tí...
Pero en éste, que parece el peor momento, es cuando el acosador moral comete el error de hacerte saber que ya no le importas, es el mejor momento para huir de sus garras invisibles y comenzar a volar...
Entonces, te tragas las lágrimas y le respondes que Ok. que los dos se tomarán ese fin de semana “libre” para pensar... y el predador se da cuenta que ha cometido una gran equivocación, te ha abierto una salida y quiere volver atrás...
Suspende su “escapada” y mágicamente, su secretaria abandona el trabajo y consigue trabajo en las oficinas de un amigo de tu acosador...
Pero tú, ya has vislumbrado un futuro que creías perdido...
Y vas por él...
Intentas buscar trabajo y en la primera audición fallas estrepitosamente, te avergüenzan y lloras... pero tú sabes que ya no estás encarcelada, tu pacto de muerte con tu acosador se ha terminado...
Vuelves a audicionar y te contratan para el mejor trabajo que hayas podido imaginar en ese momento...
Tienes éxito...
Tu acosador desestima tu trabajo, lo ridiculiza, pero sabe que le quedan pocas horas...
Comienza entonces a trabajar sobre tu hijo...
Le guiña el ojo riéndose de tí...
Se hace ver como el pobrecito que se queda solo...
Tu maduras... te recompones de a poco...
Y dos años después le pides el divorcio.
Tu acosador no quiere separarse... se enfurece...
A los acosadores no les gusta perder...
Pero tú ya lo has decidido...
Y si tu abusador no puede retenerte, al menos intentará quitarte todo lo que pueda...
A la hora de dividir el patrimonio, miente sobre los bienes y otras cuestiones, y tú quieres al menos un lugar para reconstruir tu vida junto a tu hijo...
Tú, perderás a todas las amistades, nuevamente, aunque esta vez, estarás feliz de no verlos más y él comenzará a utilizar a vuestro hijo para enviarte mensajes, para escrudiñar sobre tu nueva intimidad, hará arreglos que desarreglará y continuará opinando sobre tus elecciones como si aún fueras su presa.
En fin... tú, haras cambios, y él los traducirá para el entorno como que te volviste loca, promiscua o que te metiste en una secta, de cualquier modo y cualquier argumento, no te abandonará hasta que te haya roto el corazón y te considere vencida.
Te quitará a tu hijo, si es necesario, ayudado por tus propios familiares...
Y si crees que una mediación le pondrá un muro a su belicosa personalidad, te mostrará que está dispuesto a llevar a tu hijo a un juicio y a arruinarle la vida definitivamente...
Entonces tú eliges el mal menor y salvas a tu hijo de ser descuartizado como Tupac Amaru.
Intentarás armar tu vida de nuevo, construirás otro hogar y tendrás otros hijos y comprobarás que no eres la loca, ni la inservible, y amarás a tu esposo y a tus hijos, aunque el acosador moral te haya roto el corazón y te hayas visto obligada a tener que surcir los pedazos con lágrimas, abrazos, e infinita fe y paciencia... Finalmente, volverás a sentir que estas viva...

Si eres inteligente, bondadosa, si eres bella y capaz, si tienes éxito social o profesional o eres una estudiante excelente... y estás iniciando una relación con alguien que se comporta como un acosador moral, hazte un favor, esfúmate, inventa cualquier excusa, pero aléjate de él lo antes posible, porque los predadores emocionales, nunca se sacian... hasta que mueren.

Con todo mi amor
Lev Emet


martes, 30 de diciembre de 2014

Feliz año "nuevo"?



En estos días, en este año greogoriano que ya está finalizando, muchas personas en el mundo, están prestos a evaluar sus logros o la falta de éstos. 
Repensar es algo esencialmente bueno... si se trata de pensar en lo que queremos ser...
Es algo muy elogiable, meditar sobre las cosas que nos salieron bien y decidir sobre las cosas que queremos CAMBIAR...

CAMBIAR?!!!!!
Bueno... cambiemos... pero no tanto, eh?
Leíste esos post que dicen:
“Yo no cambié, es que no me conocías...”
“Yo no cambié... me cambiaron...”
Ufff
El ser humano vino a cambiar!!!!!!
Si no cambia es porque está embalsamado!

Sí, sí, claro! 
Todo el mundo aceptará que cambies, siempre y cuando sea para bien....
MENTIRA!
Cuál es el bien que el mundo acepta?
Que te vuelvas millonario?
Que por fin te cases?
Que te independices?
Sí, sí, pero... no es demasiado brusco?????

El ser humano vino a cambiar, si no, estaríamos gateando y usando chupete, lloraríamos a gritos pelados en lugar de pedir por favor, querríamos estar todo el día a upa y no dejaríamos dormir a nadie...

Claro, ese cambio de status es muy aceptable... de bebé a niño, de púber a adolescente, de joven a adulto, de la madurez a la ancianidad...
Sabes por qué?
Porque ese cambio, sucede aunque no querramos que suceda! 
Aunque nos hagamos cirugías, y llevemos una vida “sana”, el tiempo pasa para todos!
Pero que pasa con los cambios de carácter?
Con los cambios más privados y esenciales de las personas?
Qué hay con eso de dejar de ser malhumorados o envidiosos?
Qué hay con eso de dejar de usar ropa de moda y comenzar a vestirse como a uno se le de la gana?
Qué hay con abandonar la carrera, la pareja, el trabajo, por otras opciones menos estables y más afines a nuesta personalidad?
Qué hay con los cambios que debemos hacer para sentirnos mejor, para dejar de lloriquear y comenzar a decidir sobre nuestro destino?
Qué hay con los cambios que nos permiten decir NO, donde siempre nos manipularon?
Qué hay con los cambios que nos permiten vivir con flexibilidad de junco y olvidarnos del orgullo rígido de un árbol de pie?

Y ojo...
Cambio, no es ser una veleta!
Cambio, es decir: "Quiero intentar ser algo mejor de lo que fui hasta ahora, tanto para mí, como para mis seres queridos!"
Cambio, es proponerse metas diminutas para ir alcanzado una gran transformación!
Quieres adelgazar?
No te arruines la existencia! Elimina un alimento “engordante” cada día. Sube un piso por escalera!
Las personas vinimos a cambiar!
Canas por sabiduría!
Pero si sólo tienes canas, y no has aprendido nada de la experiencia, y vuelves a caerte en los mismos lugares oscuros o repites una y otra vez, eso de arrojar las mismas piedras para que otros las cabeceen... no es un tema de antioxidantes, sino que te has olvidado de cambiar...

La letra de un tango dice: “Si soy así...qué voy hacer?”
Pero... pensar así, es una necedad!
Si somos de una manera que no es agradable ni para nosotros ni para el entorno, entonces es hora de cambiar...
No cambies de traje, no cambies de disfraz, es hora de hacer algo revolucionario en nuestras vidas! 
Es hora de transmutar nuestro carbón en oro!

Todo cambio, comienza por una simple y llana decisión.

Y si alguien te dice (criticándote)
“Eh! Cómo cambiaste!”
Tú puedes responder con una sonrisa:
Gracias! A eso vine!

Feliz vida nueva para tí y para todos tus seres amados.
Lev Emet


domingo, 21 de diciembre de 2014

Verdad o consecuencia?

Carta 4

Cuando yo era pequeña, hace muchos años de eso...

(Para que hagas un cálculo aproximado, ésta soy yo, cuando tenía dos años y estaba dando un paseo con mis mascotas...)



Como te decía, cuando yo iba a la escuela primaria, había un juego que se llamaba “verdad o consecuencia”, si elegías verdad, debías responder preguntas comprometidas como : “te gusta juan?” y si elegías consecuencia, tal vez tuvieras que darle a Juan un beso en la mejilla... Wow!
Los tiempos han cambiado y también los juegos...
Pero hay algo que permanecerá por siempre:

La Verdad y la Consecuencia.
Digamos que casi todo el mundo quiera saber La VERDAD, pero muy pocas personas están dispuestas a aceptarla.
Muchas veces la gente dice buscar la verdad, pero se niega a atar cabos, a reunir evidencia, a corroborar dichos y hechos, a vaciarse de preconceptos y a admitir una versión distinta y a veces diametralmente opuesta a lo que, sin ninguna duda, definía como La Verdad.
La gente suele optar por lo carismático, por lo cómodo, por lo que no lo obligue a moverse o a cambiar...
Aunque sea un poco molesto, la gente prefiere que las cosas sigan su inercia, en lugar enmarañarse en buscar su verdad sobre las creencias, sus vínculos, sus capacidades o su ideología.
El motivo para la construcción de este andamiaje que suplanta la realidad por la visión solapada o caricaturizada de la misma, es que La VERDAD, casi siempre, duele.
La Verdad alivia, pero duele.
Y la mayor parte de las personas, y no sin razón, prefiere evitar a toda costa el dolor.
Tan es así, que el intento por eludir el dolor que conlleva la verdad, suele provocar que se acumelen bajo la alfombra, aquellos dolores crecidos con el tiempo y el autoengaño, porque la mayor parte de los seres humanos, intentará patear hacia un futuro desconocido, cualquier verdad que pueda hacer tambalear el mismísimo y aceptable presente.

Para ponerse a buscar la verdad, para aceptarla, uno tiene que estar dispuesto a obrar en consecuencia (la segunda opción de mi juego infantil).
La verdad tiene que traer consigo, la oportunidad de hacer una revolución en nuestras vidas, de otro modo, saber la verdad y no actuar de manera coherente con esta sabiduría, nos generaría un cortocircuito de tal magnitud, que problablemente nos volvería imbéciles emocionales incapaces de aprender de cualquiera de nuestras experiencias.
Si repetimos, una y otra vez los mismos errores, sería recomendable revisar nuestra cuota de verdad y verificar que no nos estamos volviendo incapaces a la hora de evaluar nuestras vivencias.
Te lo digo porque lo he vivido en carne propia, tengo varias condecoraciones que hacen honor a mis reiteradas caídas en el mismo bache vivencial.

El ser humano tiende hacia la comodidad, cada avance en la ciencia, en la tecnología, en la estructura de los vínculos sociales, tienden a facilitar el no moverse demasiado.
Pero cuando, de pronto, aún sin desearlo, aparece una verdad ineludible, la persona debe recurrir a una cuota de energía extra para hacer frente a tal innovación, ya sea para inventar otra salida, otra estructura, o para ocultar semejante información tormentosa, bajo decenas de excusas, de dudas, de distracciones o de confusión.

La cuestión es que, de cualquier modo, siempre hay consecuencias. Ya sea que nos transformemos en héroes de nuestra propia vida, actuando con valentía frente a los desafíos de la cotidianeidad o que optemos por vivir escondidos como cobardes mendigos de la existencia, todo lo que nos sucede, es la consecuencia de alguna verdad con la que hemos interactuado, ya sea para elevarnos por sobre el horizonte o para entumecer nuestras cabezas bajo una pila de expresiones multimedia, de fast food o promiscuidad.

Cualquier distracción es buena a la hora de eludir la verdad, y me imagino que comprendes que cualquier adicción, no es más ni menos que una respuesta, no muy productiva, a una verdad dolorosa que hemos intentado acallar.

Es que no es fácil vivir con ciertas verdades a cuesta.

No es fácil vivir sabiendo que nuestra madre o nuestro padre/abuelo/tío/etc., abusó de nosotros cuando éramos pequeños...
No es fácil vivir sabiendo que nos han culpado de todos los fracasos que tuvieron otras personas, cuando ni siquiera teníamos conciencia de ser un puching ball indefenso...
No es fácil vivir sabiendo que cuando dijeron: “es por tu bien” era para ocultar el egoísmo y la crueldad que nos querían encajar a la fuerza...
No es fácil vivir sabiendo que, si bien tenemos una casa, una familia, no tenemos un hogar ni abrazos donde caer rendidos para llorar...
No es fácil vivir sabiendo que cuchichean sobre nosotros a nuestras espaldas, que nos hacen el vacío porque somos distintos, más bellos, más pobres, más sobrios, más inteligentes, más talentosos, más bondadosos, o simplemente, más verdaderos...

Pero uno puede elegir, definitivamente, puede decidir transitar la verdad o negarla y nadie nos puede quitar ese privilegio.

Podemos elegir entre el horror de negar una verdad dolorosa y autodestruirnos en compañías de abusadores, de mediocres o de zombies, o intentar hacer frente a la verdad, y asumir la responsabilidad de crear un nuevo destino para nosotros.

Los que se aferran a la mentira se reirán, pero el cinismo de sus carcajadas se atorará en un sendero que no llega a ningún sitio.

Asumir la verdad o negarla, tiene consecuencias, y la llave, la opción de lo que haremos con la verdad, está en nuestras manos.
Por supuesto que la elección de la verdad, es un accionar privado y particular, después de años de estar vinculada a distinto tipo de ambientes y personas, aprendí desde la carne y los huesos, que nadie puede hacer “ver” la verdad a un otro que quiere ir por el mundo con los ojos y el corazón tapados.

Por eso te escribo, porque si tú eres uno de aquellos extraños seres de nuestro planeta, que quiere saber la verdad de su historia, de sus vínculos, de su potencial, de las barreras internas y externas que debe enfrentar para actualizar su destino, entonces te sentirás menos solo y sabrás, que perseguir el camino de la verdad, aunque el paisaje esté lleno de espinos, te llevará a tu puerto, a la voz de tu propia alma, a tu máximo potencial.

Y allí, a lo largo o en el final del camino, brindaremos juntos por nuestro valor y nuestra perseverancia.

Seguimos en contacto
Con cariño

Lev Emet.

Translate